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Religión | La historia de los tres beatos cubanos, dos de ellos fusilados por los comunistas

En la historia de Cuba hay registradas tres personas con esta categoría: Fray José López Piteira, Fray José Olallo Valdés y Fray Jaime Oscar Valdés

Los tres beatos cubanos.
Los tres beatos cubanos. | Imagen: Árbol Invertido

Un beato, según la Iglesia Católica, es aquel difunto cuyas virtudes han sido certificadas por el papa de Roma, y es, a su vez, la tercera etapa del camino a la canonización, luego de las categorías “siervo de dios” y “venerable”.

En la historia de Cuba hay registradas tres personas con esta categoría: Fray José López Piteira, Fray José Olallo Valdés y Fray Jaime Oscar Valdés. Curiosamente, dos de ellos, fallecieron fusilados por los comunistas españoles durante la guerra civil. 

En este texto te contamos la historia de estos tres religiosos cubanos y los motivos por los que recibieron la beatificación.

Fray José Olallo Valdés (1820-1889)

José Olallo Valdés fue abandonado de pequeño en la Casa de Beneficencia de La Habana, donde vivió hasta su adolescencia, cuando decidió entrar como novicio en la Orden de San Juan de Dios.

Por este motivo se trasladó en el año 1835 a la villa de Santa María del Puerto Príncipe (Camagüey) para comenzar a trabajar en el hospital San Juan de Dios, donde se conoce que atendía con especial atención a los enfermos y los niños pobres, a quienes instruía en la religión católica.

El padre Olallo, como le llamaban los habitantes de la villa a pesar de no ser sacerdote, “adoptó” por esa época un niño llamado Vicente que había sido abandonado por sus progenitores debido a que tenía problemas mentales, al cual trataba como un hijo.

También se conoce que Olallo, quien trabajaba en el hospital San Juan de Dios durante la “Guerra de los diez años” fue quien recogió el cadáver del patriota cubano Ignacio Agramonte, abandonado sin vida en una plaza, y lo lavó y llevó al centro sanitario para que la población le rindiera culto y no fuera profanado por los españoles.

Cuando el arzobispo de Santiago de Cuba le propuso ordenarlo sacerdote, Olallo se negó alegando que quería dedicar su vida a las personas pobres y enfermas, y ser ordenado presbítero implicaba su alejamiento de estos.

Fray José Olallo Valdés falleció el 7 de marzo de 1889 en la villa de Puerto Príncipe, cuyos habitantes fueron casi en su totalidad al entierro, y construyeron un monumento sobre su tumba con la frase: “Este monumento llegaría al cielo si lo formaran los corazones de los pobres agradecidos a quienes asistió el Padre Olallo durante 53 años en el Hospital de San Juan de Dios”.

Más de un siglo después, el 16 de febrero de 2006, los restos del Padre Olallo fueron trasladados a la capilla del antiguo Hospital de San Juan de Dios, donde trabajó durante toda su vida.

La beatificación de Olallo tuvo lugar el 29 de noviembre de 2008, en una ceremonia desarrollada en la Plaza de la Caridad de Camagüey, a donde asistieron cubanos devotos de todas partes de la isla.

Fray Jaime Óscar Valdés (1891-1936)

Jaime Óscar Valdés, tras nacer en La Habana en enero de 1891, fue depositado por sus progenitores en las puertas de un orfanato a cargo de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, donde comenzó su relación con el catolicismo. 

En 1913, a sus 22 años de edad, Valdés viajó a España para ingresar en la orden de Ciempozuelos, ubicada en Madrid, donde permaneció por siete años hasta 1920 cuando fue destinado a Colombia. 

En el país sudamericano Jaime Óscar Valdés permaneció hasta 1931, ocupando importantes puestos como el de superior de la Casa de la Orden en Bogotá entre 1928 y 1931.

Tras su regreso a España se desempeñó como vice superior en Barcelona y Valencia, hasta que, ya con la guerra civil comenzada, fue asesinado junto a otros católicos españoles.

Jaime Óscar Valdés fue fusilado en la noche del 7 de agosto de 1936, cuando fue capturado por los combatientes del bando republicano en el desaparecido Asilo-Hospital de la Malvarrosa de los Hermanos de San Juan de Dios, donde atendían a niños discapacitados.

Muy cerca del hospital fue ejecutado a sus 45 años de edad, y sus restos, que fueron abandonados en la playa, no pudieron conservarse.

Fray Jaime Óscar Valdés fue beatificado el 13 de octubre del año 2013 en una ceremonia realizada en el Complejo Educativo de Tarragona presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española Antonio María Rouco Varela. Es considerado uno de los 522 mártires de la persecución religiosa durante la guerra civil española.

Fray José López Piteira (1912-1936)

José López Piteira nació en la localidad de Jatibonico, provincia de Camagüey, en el año 1912, pero cuando tenía solo cuatro años de edad su familia decidió volver a España, radicándose en la localidad de Ourense, Galicia.

Al cumplir los 12 años López Piteira comenzó a estudiar la Enseñanza General bajo régimen interno en el Monasterio Benedictino de Santa María de San Clodio, donde aprendió latín y humanidades. Cuatro años más tarde, al culminar estos estudios, comenzó el noviciado en el convento de agustinos de Nuestra Señora del Buen Consejo de Leganés, en Madrid.

López Piteira profesó sus votos simples hasta agosto de 1929, cuando recibió su profesión religiosa por parte del prior del convento, llamado Natalio Herrero.

Durante su estadía en el convento de Leganés, López Piteira estudió filosofía durante tres años, una materia que siguió estudiando un año más el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Para el año 1935 López Piteira era subdiácono en la capilla del Seminario Diocesano de San Buenaventura de Madrid, y a finales del año fue ordenado de diácono en la propia sacristía del Real Monasterio de El Escorial.

Tras la sublevación militar dirigida por Francisco Franco contra la Segunda República en julio de 1936 se desató una gran persecución religiosa en el país europeo, por lo que López Piteira quedó prisionero junto a sus compañeros en el Monasterio del Escorial.

Posteriormente los sacerdotes que se encontraban en el monasterio fueron interrogados y trasladados a una prisión en el centro de Madrid. Durante su estancia en prisión los familiares de López Piteira consiguieron que lo liberaran debido a que era de nacionalidad cubana, pero él se negó alegado que correría la misma suerte de sus hermanos agustinos.

Tras cuatro meses de penurias en prisión, López Piteira fue condenado a muerte solo por su condición de religioso, siendo ejecutado en Paracuellos de Jarama, en las afueras de Madrid, el 30 de noviembre de 1936.

Jaime López Piteira fue beatificado el domingo 28 de octubre de 2007 en la plaza de San Pedro, Roma.

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